El lobo tuvo muchos nombres. En otras épocas fue fue el gigante norteamericano AT&T. Más recientemente, el millonario Paul Singer y el fondo activista Elliot Management. Finalmente, quien de verdad ha cumplido con las amenazas y ha irrumpido en el capital de Telefónica ha sido Saudi Telecom (STC), operadora participada en un 64% por el todopoderoso fondo soberano saudí, el denominado Public Investment Fund. La operadora española era, desde hacía tiempo, una presa fácil y apetecible, barata en bolsa y con un dividendo recurrente. Solo los blindajes políticos a una firma estratégica que opera con datos sensibles de clientes funcionaban como un factor disuasorio para los ávidos depredadores.
¡Von der Leyen, el lobo saudí ya esta aquí! Por qué importa, de repente, el caso MásMóvil
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