Comprar una prenda por internet. Esperar a que llegue el paquete. Abrirlo y descubrir que no es la talla adecuada. Este proceso genera frustración y sensación de fracaso, aseguran desde Zalando, lo que se traduce en una mala experiencia de usuario. Y para la principal plataforma de moda online en Europa, que no cobra a sus clientes por las devoluciones, supone, además, sumar el gasto del transporte de la prenda. Lo mismo que ocurre cuando un comprador decide adquirir varias tallas para probárselas en casa y mandar de vuelta las que no le quedan bien.
El plan de Zalando para frenar las devoluciones: tecnología e IA que ayuden a elegir el producto y la talla
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